El cielo vibra en mil tonos de azules caprichosos,
las nubes marchan lánguidas hacia el mar,
las gaviotas juguetean pícaras y traviesas con el viento
y el sol, orgulloso, acaricia este mundo con la piedad del otoño.
El mundo existe como un respiro cósmico a mi alrededor,
todas las hojas son un coro de vida
solemne que afirma la existencia de esta
desvergüenza que es vivir,
de este atrevimiento contra el peso del tiempo
y el olvido.
Cronos cela y se enfurece,
pero Afrodita ríe, Hermes brinda y Neptuno
celebra en lo más profundo.
Todo está en paz, porque todo vibra rampante,
un alma vive, unos ojos se abren,
estamos aquí en este instante
y pese a todo, hemos vuelto a nacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario