Un océano de cielo, hasta el otro lado del mundo,
un abismo de tiempo, entre los cambios y los ciclos,
una desobediencia al destino, soberbia y desesperación,
una apuesta imposible, tan ciega como ciego el amor,
una furia contenida, una gloria rebajada,
una reverencia inmerecida y una promesa ajada,
la grandeza del arrastre y el honor de la humildad,
un esfuerzo que haría al mismo Sísifo llorar,
el empeño inquebrantable, la ilusión del porvenir,
el engaño inútil de quien quiere ser feliz,
el agua preservada sin mácula ni defecto,
un oculto jardín de flores blancas y añil,
la dura roca cincelada, la rama fértil ya cortada,
la cabeza bien nublada y corazón en parada,
harto la angustia cargada, la garganta quebrada,
la semilla aún guardada y la palabra invalidada.
Todo lo que he sido, todo lo dado e inmerecido,
disuelto al final en un vaso de pisco.
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