sábado, 3 de febrero de 2024

Hay un océano de leche en tus ojos,
luce oscura porque es de noche,
pero sus destellos son marfil.

Mantarrayas de pan ondean su negro oleaje,
mantarrayas de desconcierto, flor de coral
y trigo que alfombra sus profundidades,
allí se esconde quieta, aletas de nácar,
rojos de cristal templado y colmillos sin igual.

Sigilos y hechizos dibuja con su cuerpo fino,
entre el lecho de azúcar y hueso, conchas de cal,
ondas que articulan sentimientos sutiles,
silenciosos y latentes como el volcán.

¿Eres tú o es tu sombra?
Animal que cobijas en tu seno,
entramado de lazos y perlas arrancadas
¿acaso es tu guardián?

Te miro y soy un pez de uva, de mar abierto,
soy gaviota que me devora, soy el pescador,
soy la red, el nudo y pálida orca, de avena,
de nuez su cáscara machada, la ropa mojada
por la orilla de la playa, hundiéndome.

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