Del otro lado, si me miras
en estos ojos huecos,
podrás verme como tú,
que soy igual, por lo que me das,
y que actúas como yo,
por como eres.
El miedo en cambio,
nos lo vamos cambiando,
entre los dos,
y la desesperanza, igual,
tiende su garfio en ambos.
Si bailamos en un charco negro
cómo podemos no mancharnos
u ocultar las mismas marcas
que nos hemos hecho,
por no bastarnos un abrazo.
El derrumbe acecha y a su vez
hacia su foso podemos lanzarnos
negar la vida por su dolor
y decir que no a la luz,
que nos quemó por subir tan alto
Pero si te fijas bien,
y yo que en ti me estoy mirando
podrás vernos frente al otro
sin apartar la mirada, sin soltarnos
mientras así entre la ruina
seguimos danzando.
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